La exposición

Francisco Jiménez de Cisneros nace en Torrelaguna (Madrid) en 1436 y muere en Roa (Burgos) el 8 de noviembre de 1517. La exposición “Cisneros. Arquetipo de virtudes, espejo de prelados” es una iniciativa de la Diócesis de Toledo y su Catedral Primada. Con ella se quiere conmemorar el IV Centenario de su fallecimiento mostrando, a través de los 1.200 m2 de espacio expositivo y las más de 350 piezas de arte que la componen, los principales rasgos de la vida y la obra de este insigne prelado, reformador eclesiástico, hombre de estado, humanista cristiano, diplomático y batallador.

La exposición nos acerca a un personaje, probablemente poco conocido y poco reconocido, cuya trascendencia ha sido más ponderada en otros países, Francia por ejemplo, que en el suyo propio. De fuerte personalidad, definido como inteligente, polifacético, moderno y gran pensador al que tocó vivir una época llena de cambios y controversias a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento.

Hombre profundamente religioso, ordenado sacerdote en Roma, profesa posteriormente en la Orden Franciscana, a cuya regla se mantiene fiel toda su vida en una profunda observancia de la pobreza y la ascética más radical, incluso en medio de los oropeles del poder y la corte. En 1492, el cardenal Mendoza le propone como confesor de la reina Isabel, encargo que acepta sin demasiada convicción. Dos años más tarde es nombrado provincial de la Orden Franciscana en Castilla, momento en el que acomete una profunda reforma con un absoluto respeto a la Regla de San Francisco. Un año más tarde es consagrado arzobispo de Toledo ostentando el mayor poder tras La Corona, al ser Primado de España y Canciller Mayor de Castilla. Doce años más tarde, en 1507, es proclamado cardenal por el Papa Julio II. Es el octogésimo cardenal de Toledo.

Uno de los aspectos más transcendentales de la obra de Cisneros es el de reformador religioso, en paralelo con la reforma emprendida por los Reyes Católicos en el ámbito político. Esta búsqueda de la perfección se vio reflejada en la renovación de las órdenes religiosas y monásticas, del clero diocesano, en rescatar y darle el merecido protagonismo al rito mozárabe, en la idea de hacer universal el cristianismo, en un nuevo concepto religioso orientado no sólo a salvar almas, sino también a cuidar los cuerpos. Pero sobre todo, con su propio ejemplo, fraile y arzobispo reformado y reformador, prelado mecenas, protector de la cultura y hombre de estado.

En lo político tuvo un papel determinante en la España innovadora de los Reyes Católicos con la unificación de los reinos de Castilla y Aragón, la anexión del reino de Navarra, la conquista de Granada y Orán, el descubrimiento y primera evangelización de América, así como la política de apertura y alianzas con Europa.

Considerado “el tercer rey”, después de Isabel y Fernando, asumió la regencia del reino en dos ocasiones. Su prioridad fue siempre el bien de España con una gran visión de Estado y de servicio al reino.

Intelectual y culto, gustaba del debate y del diálogo, de contrastar opiniones para tener más puntos de referencia. Impulsó el mecenazgo con un gran número de obras promovidas bajo su mandato, como queda patente con su fundación de la Universidad de Alcalá o la edición de la Biblia Políglota, adelantándose al propio Erasmo. Creó fundaciones, fomentó las artes, la arquitectura y las letras, mejoró la economía y potenció la artillería y la marina.

En sus relaciones con las otras culturas, apreciaba la Ciencia y la Medicina islámicas, aunque denostaba la religión de Mahoma. También mostraba una prudente tolerancia hacia los semitas con los que tenía trato habitual.

¿dónde?

Catedral Primada Toledo Calle Cardenal Cisneros, 1, 45002 Toledo Tfn:. (+34) 925 222 241 (ext. 205) Email:. info@cisnerostoledo.com Contactar